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                                 LA CAJA DE REIKI
Entre las numerosas ventajas del segundo nivel de Reiki, una de las más destacada es la posibilidad de hacer lo que se ha llamado “Reiki a Distancia”. Esta técnica consiente, a través de ciertos símbolos, realizar una sesión de reiki a un paciente que no está presente
físicamente.
En otras palabras, el reikista puede realizar una sesión de
reiki sin que el paciente esté delante de él, sino enviando
esa energía a través del espacio y del tiempo. 

Para que esto sea más fácil los reikistas suelen emplear
objetos que sirvan simbólicamente como sustituto del
paciente en el plano físico, como por ejemplo muñecos de lana. 

En esta misma línea de terapia a distancia se sitúa el trabajo
con la “Caja de Reiki”. Este método consiste en construir una caja con ciertas características y guardar en ella papelitos con los nombres de los pacientes a los que queremos tratar, de manera que sea suficiente hacer reiki a la caja para mandar nuestra energía a todas las personas que están simbólicamente dentro de ella. Lo explicaremos con más detalle a continuación.
También podemos añadir a esta información el símbolo del signo zodiacal que le corresponde, algún símbolo de reiki específico para el caso o cualquier cosa que consideremos significativa y de ayuda para la curación. El número de pacientes que podemos meter en la caja no tiene límite ni restricciones, salvo los nuestros propios. Es decir, si tenemos sólo a tres pacientes en la caja, podemos trabajar de una manera más directa y efectiva porque no debemos repartir nuestra energía entre cincuenta personas. Sin embargo, en el caso de que no haya ningún paciente especialmente necesitado, puede ser una buena solución tener a todas las personas con una pequeña dosis de reiki. Cada uno debe adoptar su criterio según sus circunstancias y su método de trabajo.
Algunos reikistas consideran útil meter en la caja, junto a los papeles, alguna piedra que ayude el proceso de curación, como el cuarzo, u otros objetos. Como en todos los casos, el límite es la imaginación y el criterio de cada persona.
Para ello deberemos trazar y cargar cada uno de los tres o cuatro símbolos dibujados, activar los antakaranas y hacer reiki a la caja vacía durante al menos 10 minutos seguidos. Cuando sintamos que la caja ha cobrado vida y está llena de energía reiki, procedemos con los pacientes.

Con el mismo proceso que empleamos para hacer reiki a distancia, llamamos y traemos al paciente frente a nosotros, lo metemos en el papelito que le corresponde y lo depositamos delicadamente en la caja. Este procedimiento será repetido por cada paciente hasta que nuestra caja esté habitada por todos nuestros invitados.
Una última comprobación a la caja entera y listo.

Cómo mantener activa la Caja de Reiki

Dejaremos la caja a la vista, aunque siempre protegida de la luz del sol para que no se descargue, para que todos los días nos acordemos de hacerle reiki.

Nos sentaremos unos minutos todos los días y le haremos reiki a la caja entera, conscientes de todas las personas que en están en ella y trazaremos los símbolos que consideremos necesarios. Nuestra energía llegará a cada paciente y seguirá funcionando durante las 24 horas siguientes gracias a los símbolos que hemos activado en su interior.

Es importante que cuando alguno de nuestros pacientes se haya recuperado, nos acordemos de sacar su papel de la caja y quemarlo, para que concluya su proceso de purificación.

 

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Pablo Pedernera

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